El té Oolong aún no es tan conocido en el mundo Occidental. Los Oolongs tienen una complejidad increíble y la capacidad de remojarse una y otra vez. Cada nueva infusión ofrece sabores y aromas matizados.
Tal como te explicamos en la publicación Cómo se obtienen diferentes tipos de té a partir de una misma planta, el proceso de oxidación juega un rol clave en la obtención de cada tipo de té.
El té Oolong tiene un grado de oxidación incompleta, a medio camino entre el té verde y el té negro. Su característico tono azulado se debe a la oxidación incompleta. Además, no tiene los fuertes sabores herbales del té verde.
Para lograr obtener el té Oolong, luego de la cosecha se golpean las hojas para fomentar las interacciones entre las enzimas y los polifenoles. En este tipo de té, la idea es lograr que la hoja se oxide parcialmente antes de ser moldeado y calentado.
La forma que se le da a la hoja se logra haciendo un extenso giro o torsión. Esto hace que el Oolong sea un té más procesado que el té blanco y el verde.
Este tipo de té requiere mucha experiencia para poder fabricarlo y producir así una amplia gama de sabores y fragancias dependiendo del tratamiento que se le haga a las hojas.
Los Oolongs de alta calidad provienen de regiones de China (como Wuyishan, Phoenix Mountain y Anxi) y Taiwán (especialmente los condados de Taipei, Nantou y Hsinchu).